Darren Beaufort

**Iris(:** Mar Jun 17, 2014 3:50 am

Darren Beaufort

Darren Eugene Beaufort
23 años ● Estudiante de Derecho ● Vampiro ●
» Con: Charlotte Kaswell ◦ En Circo «

Miedo a ser rechazado.

Había perdido la noción del tiempo, probablemente llevaba segundos, o minutos, quizás horas, observando el techo, sintiéndome vacío como siempre. Todo empezó con un simple pensamiento, con un simple recuerdo del rechazo que sentía a mí mismo cuando todo esto comenzó. Escuchaba las manecillas del reloj moviéndose, pero yo seguía aún recostado y quieto, sintiendo que el tiempo no pasaba. Definitivamente era una persona fea...una de esas personas imposibles de aceptar, de querer. Me incorporé, sintiéndome algo confundido hacia mis propios pensamientos que comenzaban a sonar sin sentido entre más los repetía. Solté una leve risa, negando la cabeza para mí mismo. Miré la hora y me puse de pie de inmediato. Arreglé mi cabello, la ropa que llevaba puesta y caminé hacia la puerta, tomando las llaves de mi auto en el proceso.

Ella estaba a punto de salir de clases, y sabía que a pesar de esta neblina, se aparecería. Llevaba el suficiente tiempo vigilandola, siguiéndola y acomodando encuentros "casuales" con ella como para saber en donde estaría y a que hora, que lugares frecuentaba y a quiénes frecuentaba. Para ella, yo sólo era otra persona más, alguien al cual se encontraba en miles de lugares por pura casualidad; aún no se daba cuenta que iba detrás de ella casi todo el tiempo, y probablemente no sabría que en este momento podría ser una especie de acosador, creo que pensaba en mí más como alguien "persistente", si...y bueno, estaba en lo correcto, no soy de los que aceptan un 'no' por respuesta. Esto iba más allá que una simple cita, un simple one night stand, ¿una obsesión? si, algo así, pero yo no lo veía de esa manera. Yo lo veo más como una buena inversión de tiempo; desde que había puesto mis ojos sobre ella desde hace ya unos seis meses, hubo algo en mí que me hacía querer tenerla bajo mi control, protegiéndola, sólo para mí. ¿Convertirla como a mí me lo hicieron? Claro, eso sonaba como una buena opción, pero por ahora sólo quería tenerla cerca. Era increíble el hecho de no haberle clavado los colmillos de una buena vez, también considerando que podía usar mis poderes para controlarla, usar la persuasión, pero eso le quitaba la diversión. Me gustaba perseguirla, hablar con ella, escuchar lo que tenía que decirme sin tener que intervenir a que me dijera o hiciera lo que yo quería; si bien, incluso sin tales poderes, yo recibía lo que quería y me juntaba con gente que hiciera lo que yo quisiera...digamos que eso no cambió mucho en mi vida. Me gustaba que fuese impredecible, y una vez más, eso era lo que le añadía diversión a todo.

La estaba siguiendo de cerca, pero lo suficientemente alejado para que no notara que iba detrás de ella. De aquí seguramente se marcharía a casa, como lo hacía siempre...me detuve unos segundos al ver que repentinamente se dirigía a otra dirección. Rodeé los ojos y solté un suspiro, sin embargo, seguí detrás de ella con naturalidad. Después de caminar por algunos minutos, nos encontrábamos en el circo. Volví a soltar otro suspiro, sin muchas ganas de entrar al lugar, pero aún así lo hice. Comencé a mirar alrededor, ir de un lado a otro, pero sin perderle de vista. Me acerqué a un puesto, en esos en donde juegas para ganar uno de esos muñecos gigantes de felpa. Una gran pérdida de tiempo. Miré de reojo hacia la dirección de ella, notando como un idiota la miraba. Tomé uno de los muñecos y escuché como el hombre me decía que tenía que jugar para ganarlo. Lo miré como si estuviera haciendo una broma, metiendo la mano en el bolsillo y lanzandole en la cara algunos billetes que definitivamente triplicaban el precio del muñeco. El dinero siempre le cerraba el pico a las personas. Fijé mi vista sobre ella, aún viendo al idiota a su lado. Apresuré el paso para acercarme a ella, empujando al chico que tenía intenciones de hablar con ella. Cuando me vio, le dediqué una sonrisa, deteniendo el gran muñeco sobre mis hombros.

- Charlotte. - pronuncié su nombre a modo de saludo, con una leve sonrisa. Miré al chico sobre mi hombro y después de unos segundos, se alejó. - Parece ser que estamos destinados a estar en el lugar correcto, a la hora correcto, ¿no? - hablé con naturalidad. - Aunque debo de admitir que ya te había visto desde hace algunos minutos atrás, sólo estaba encontrando el momento indicado para acercarme... - señalé con mi cabeza hacia a un lado, refiriéndome a aquél chico intencionado a acercarse. Y bueno, no la había visto desde hace algunos minutos atrás...una pequeña mentira piadosa. - Se veía como un total desperdicio de concepción. - sonreí con naturalidad. - Y bueno, en todos esos minutos en los que ya te tenía en la mira, aproveché para ganar algo para ti. ¿No soy un primor? - dije con la misma sonrisa, refiriéndome al muñeco de felpa que llevaba.