Levi Chadwick

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Definitivamente pasarla en el Vacance Club era mil veces mejor que pasarla entre las peleas de mis padres y tener que estar en casa de uno, para que el otro decida que quiere pasar más tiempo conmigo. De hecho, no sabía que era peor: por un lado tenía la casa de mi madre, con su novio que era realmente un estúpido y que al parecer piensa que tener una motocicleta de repartidor es "badass", además el hijo de este tenía 10 años, pero realmente era pura maldad; por el otro lado estaba mi padre junto a su esposa que era tan solo unos años mayor que yo y eso realmente me perturbaba, ¿más pertubador? Que esté embarazada...y en medio de todo esto, estaba yo. En sí, ya soy "un chico grande" y la realidad era que estar en Rockland básicamente me estaba dando todas las oportunidades para poder salir de toda esta estúpida pelea de amor de mis padres que simplemente era resentimiento. Se podría decir que si, Rockland era lo mejor que me había pasado y estar en el Vacance Club definitivamente me lo recordaba cada día que pasaba aquí, y claro que ver a Isabella Copenhague todos los días, merodear por los pasillos, viéndose perfecta como siempre, me lo recordaba todavía más. Solté un suspiro. Si tan sólo pudiera dejar de ser un cobarde y lograra decirle más de tres palabras, todo sería mejor.

Estaba tan concentrado pensando en lo miserable que era mi vida en casa, pero desperté de eso cuando sentí un golpe me sobresaltó. Asentí con la cabeza y le dediqué una sonrisa. "Tranquila, tranquila, nada pasó." examiné todo mi cuerpo rapidamente y seguí sonriendo. "¿Ves? Sigo entero, todo en su lugar." le aseguré. "Y no, no puedo dejarte hacer eso..." hice una ligera mueca. "Sólo fue un golpesito y un hombre evidentemente tan musculoso como yo no podría tener ningún rasguño después de eso." bromeé. Me le quedé viendo un poco. "¿Nos conocemos?" entrecerré un poco lo ojos. "Creo...creo que estamos en el mismo año o algo así." hice una pequeña pausa. "Aunque...no conozco tu nombre...pero no soy tan bueno con eso..."

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Abrí los ojos y miré el despertador. Suspiré con fastidio, solo eran las diez de la mañana y ya estaba despierta. Puse la almohada encima demi cabeza para ver si me quedaba otra vez dormida, pero no había manera. Me levante con fastidio y me vestí con lo primero que pille del armario. Pensaba ir a la cafetería a por algo para desayunar y volver a la habitación. Si es que tenía pensado pasar el domingo en la cama viendo películas o series. Tampoco es que hubiese algo mas entretenido que hacer en este ultimo día de vacaciones.
A partir de mañana todo volvería a la rutina. Volví a suspirar con fastidio abriendo la puerta de la habitación. Empezar el curso significaba ponerle fin a un verano para enmarcarlo. Todavía no me creo que convenciese a mis padres para que me mandaran dos meses de verano a Roma. Les comenté que quería aprender italiano y que mejor que irme allí. Sorprendentemente accedieron a ello. Mi intención no era aprender ese idioma, lo único que yo quería era pasar todo el verano alejada de cosas de la realeza. y pasar desapercibida. Como resultado estuve estos dos meses siendo simplemente Caroline, una chica que quería aprender italiano y conocer Italia. Como me gustaría echar el tiempo atrás y volver a pasear por las calles de Roma comiendo un helado o tomar un capuccino en cualquier plaza y observar a los turistas haciéndose fotos.
Iba tan ensimismada en mis recuerdos que me termine por chocar un chico cuando torci la esquina hacia el pasillo donde estaba la cafeteria -Oh! lo siento muchisimo! - dije algo avergonzada al chico que tenía enfrente-¿Estás bien? - le pregunté algo preocupada. Lo miré detenidamente y parecía estar bien. Su cara me sonaba de verle por los pasillos de la universidad, pero creo que nunca había cruzado palabra con él -¿Me dejarías que te invitase a tomar algo en la cafetería a modo de disculpa?- le pregunté dibujando una amplía sonrisa en mis labios - Es lo menos que puedo hacer después del choque