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Kara Lehmon
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Kara Lehmon
Kara Lehmon
Katherine Rachel Lehmon
21 años ● Camarera ● Humana ●
» Con: Marion Atwood ◦ En Biblioteca «
Neblina o no, yo tenía que ir a trabajar. Claro que ninguna pobre alma puso un pie en el local, pero era claro que aunque no hubiera nadie, tendría que atender a algún tipo de mesa fantasma. Había pasado mi turno jugando Angry Birds a escondidas del gerente, el cuál casi tira mi teléfono por la ventana cuando me descubrió...bien, si lo hubiera hecho, al menos podía irme contenta de haber pasado al nivel diez después de semanas de arduo trabajo y esfuerzo. Se limitó a quitarme el teléfono, diciendome que lo confiscaría hasta el final del día...¿cuántos años teníamos? ¿trece? Es decir, cualquiera podría decir que era mi edad mental, pero mi acta de nacimiento indica que ya tengo 21 años. Yo sólo quería llegar a casa a ver Expediente X mientras comía un tarro de helado, para después quedarme dormida con la cabeza dentro de este...¿era mucho que pedir? Porque sería el perfecto final para mi día. Tomé mi bolso, acomodándolo sobre mi hombro; me despedí de algún par de personas y después me topé cara a cara con el gerente, a quién le sonreí inocentemente mientras tomaba el teléfono, el cuál tendía con su mano.
- Diría que no habrá una próxima vez, pero sé que la habrá, entonces prometo que a la próxima no dejaré que me veas tan facilmente, seré más discreta. - le sonreí con la misma inocencia, a lo que él sólo negó con la cabeza y sonrió divertido. No era una irresponsable con mi trabajo, lo juro, pero digamos que no había sido el día más entretenido, además, la mayoría de los negocios estaban cerrados, ¿por qué debimos de ser la excepción? Pudimos ahorrarnos toda la molestia. Finalmente salí del local, notando que la neblina no estaba tan densa como unas horas antes. Comencé a caminar en dirección a mi edificio, porque además de que tenía dos dólares dentro de mi bolsillo como para tomar un taxi, no me arriesgaría a que algún inteligente causara un choque, aunque podrían atropellarme...pero qué va, si no muero de cáncer, moriré atropellada, estoy casi segura.
Estando lo suficientemente cerca de mi edificio, a punto de cruzar la calle, pude notar como alguien indeseado salía de este. Digamos que debía cierta cantidad de dinero debido a una tarjeta de crédito, la cuál había usado de una manera muy poco inteligente...no es que planeara no pagar, ¡claro que quería! Pero volvemos a que sólo tenía dos dolares conmigo, no hubo propinas el día de hoy y me pagaban hasta el día siguiente. Miré desesperada hacia todos lados, asegurándome de que no me vieran, hasta que opté entrar a inhóspito y desconocido para mí: la biblioteca. Al entrar me vi invadida por una ola de silencio, algo incómodo para mí. Mi ruidosa entrada atrajo algunas miradas hacia a mí, a lo que sonreí con cierta incomodidad. Me adentré al lugar y me dirigí a uno de los estantes, tomando un libro al azar y abriéndolo sin saber a que página ir. Me percaté de que era uno de esos libros de niños hechos por Animal Planet o algo por el estilo. Observé la foto de la página en la que estaba: un tiburón. Me quedé pensando unos segundos y volteé con la chica que estaba junto a mí, acomodando algunos libros (??). La miré con curiosidad.
- Supongamos que un tiburón y un oso están en una pelea... - comencé a hablar, mirándola directamente. - ¿Quién crees que ganaría? - pregunté alzando ambas cejas, con la misma curiosidad. Le sonreí con cierta diversión. - Es decir, si están en tierra firme, yo apostaría por el oso, ¿no crees? Pero no hay que subestimar a los tiburones...ellos son como los hermanos feos de los delfines, así que deben de estar bastante enojados todo el tiempo, tú sabes, problemas de autoestima. - bromeé. Escuché un "shh" a lo lejos y supuse de inmediato que estaba dedicado a mí. - Supongo que no debería de estar hablando, ¿cierto? - dije, bajando la voz, pero lo suficientemente alto como para que me escuchara. - ¿Trabajas aquí? - pregunté nuevamente con curiosidad.
- Diría que no habrá una próxima vez, pero sé que la habrá, entonces prometo que a la próxima no dejaré que me veas tan facilmente, seré más discreta. - le sonreí con la misma inocencia, a lo que él sólo negó con la cabeza y sonrió divertido. No era una irresponsable con mi trabajo, lo juro, pero digamos que no había sido el día más entretenido, además, la mayoría de los negocios estaban cerrados, ¿por qué debimos de ser la excepción? Pudimos ahorrarnos toda la molestia. Finalmente salí del local, notando que la neblina no estaba tan densa como unas horas antes. Comencé a caminar en dirección a mi edificio, porque además de que tenía dos dólares dentro de mi bolsillo como para tomar un taxi, no me arriesgaría a que algún inteligente causara un choque, aunque podrían atropellarme...pero qué va, si no muero de cáncer, moriré atropellada, estoy casi segura.
Estando lo suficientemente cerca de mi edificio, a punto de cruzar la calle, pude notar como alguien indeseado salía de este. Digamos que debía cierta cantidad de dinero debido a una tarjeta de crédito, la cuál había usado de una manera muy poco inteligente...no es que planeara no pagar, ¡claro que quería! Pero volvemos a que sólo tenía dos dolares conmigo, no hubo propinas el día de hoy y me pagaban hasta el día siguiente. Miré desesperada hacia todos lados, asegurándome de que no me vieran, hasta que opté entrar a inhóspito y desconocido para mí: la biblioteca. Al entrar me vi invadida por una ola de silencio, algo incómodo para mí. Mi ruidosa entrada atrajo algunas miradas hacia a mí, a lo que sonreí con cierta incomodidad. Me adentré al lugar y me dirigí a uno de los estantes, tomando un libro al azar y abriéndolo sin saber a que página ir. Me percaté de que era uno de esos libros de niños hechos por Animal Planet o algo por el estilo. Observé la foto de la página en la que estaba: un tiburón. Me quedé pensando unos segundos y volteé con la chica que estaba junto a mí, acomodando algunos libros (??). La miré con curiosidad.
- Supongamos que un tiburón y un oso están en una pelea... - comencé a hablar, mirándola directamente. - ¿Quién crees que ganaría? - pregunté alzando ambas cejas, con la misma curiosidad. Le sonreí con cierta diversión. - Es decir, si están en tierra firme, yo apostaría por el oso, ¿no crees? Pero no hay que subestimar a los tiburones...ellos son como los hermanos feos de los delfines, así que deben de estar bastante enojados todo el tiempo, tú sabes, problemas de autoestima. - bromeé. Escuché un "shh" a lo lejos y supuse de inmediato que estaba dedicado a mí. - Supongo que no debería de estar hablando, ¿cierto? - dije, bajando la voz, pero lo suficientemente alto como para que me escuchara. - ¿Trabajas aquí? - pregunté nuevamente con curiosidad.
Re: Kara Lehmon
Kara Lehmon
Katherine Rachel Lehmon
21 años ● Camarera ● Humana ●
» Con: Marion Atwood ◦ En Biblioteca «
Escuché su explicación con atención y asentí con la cabeza a cada una de sus palabras, con tanta seriedad que hasta podría parecer que hablábamos de política. Aunque definitivamente no era del tipo de persona a la que le encantaba hablar de política, de hecho estaba perdida en cualquier tema que se le relacionara, y es que, bueno, no era como que me encantara leer el periódico sobre personas que vivían prácticamente como reyes robando el dinero de los pobres gobernados...aunque sonaba más como había leído muchos cuentos de hadas que el periódico; debería de haber programas a lo Plaza Sésamo, explicando este tipo de temas para personas como yo...no, no personas tontas, sino "distraídas y ocupadas". Si, eso. - Bueno, entonces definitivamente tu hermano y yo tenemos mucho que discutir. - aseguré con la misma seriedad. Bueno, no había muchas personas a las que les gustara hablar sobre una batalla entre animales con colmillos muy grandes o incluso de algún tipo de batalla naval que implicara algún barco pirata. Si, dejaba que mi imaginación trabajara probablemente demasiado, aunque definitivamente no era de mucho uso porque con ella no hacía dinero.
- Katherine Lehmon, llámame Kara, también a tu servicio...aunque depende de lo que se trate. - hice una pausa. - No me malinterpretas, es sólo que no soy muy buena para la mayoría de las cosas que tienen, tú sabes, "utilidad". - hice comillas con los dedos y rodeé los ojos. Parecía ser que alcanzarse la punta de la nariz con la lengua o poder comer treinta hot dogs en diez minutos no eran exactamente talentos para presumir...aunque debo de aclarar que con este último mencionado había ganado un reconocimiento y un vale por hot dogs gratis durante todo un mes, ¿quién no estaría orgulloso de tal logro? Chasqueé la lengua y negué con la cabeza hacia su pregunta. - No, no. De hecho soy más una entusiasta de los libros para colorear, pero me agradan los libros con fotos. - señalé la portada del libro que aún llevaba en manos. Me quedé pensando unos segundos. Es decir, no era de muy buen gusto mencionar que había entrado a modo de escape de un cobrador. - Pero...evidentemente buscaba algo sobre animales. - puse el libro que llevaba en las manos de vuelta a su lugar. "Genial, Kara, definitivamente no suenas estúpida...", pensé para mí misma, dándome una especie de facepalm mental. - Soy una especie de activista, de esas que se preocupan por los animales. - continué, queriendo arrancarme la lengua en ese instante. - De hecho soy de las que están en contra de las pruebas en animales, tú sabes...les hacen preguntas difíciles y se ponen muy nerviosos, debe de ser cruel. - me detuve de hablar y negué con la cabeza. - Eso...es una broma, acabo de comer un sándwich de pollo esta mañana. - volví a quedarme callada y entonces no pude evitar reírme. - Disculpa, suelo hablar hasta que alguien me detiene...y estás en todo tu derecho a hacerlo. - aclaré riendo un poco. - En realidad, no busco algo en especial, sólo quería algún libro porque después de todo lo que he dicho creo que te das cuenta que necesito un pasatiempo... - hice una ligera mueca - ¿Tienes alguna recomendación? Estoy abierta a cualquier tipo de tema. - finalicé con una sonrisa. ¿Cómo era que no se me había ocurrido unos segundos atrás? Antes de que darle razones para ser digna de ir directo a un manicomnio.
- Katherine Lehmon, llámame Kara, también a tu servicio...aunque depende de lo que se trate. - hice una pausa. - No me malinterpretas, es sólo que no soy muy buena para la mayoría de las cosas que tienen, tú sabes, "utilidad". - hice comillas con los dedos y rodeé los ojos. Parecía ser que alcanzarse la punta de la nariz con la lengua o poder comer treinta hot dogs en diez minutos no eran exactamente talentos para presumir...aunque debo de aclarar que con este último mencionado había ganado un reconocimiento y un vale por hot dogs gratis durante todo un mes, ¿quién no estaría orgulloso de tal logro? Chasqueé la lengua y negué con la cabeza hacia su pregunta. - No, no. De hecho soy más una entusiasta de los libros para colorear, pero me agradan los libros con fotos. - señalé la portada del libro que aún llevaba en manos. Me quedé pensando unos segundos. Es decir, no era de muy buen gusto mencionar que había entrado a modo de escape de un cobrador. - Pero...evidentemente buscaba algo sobre animales. - puse el libro que llevaba en las manos de vuelta a su lugar. "Genial, Kara, definitivamente no suenas estúpida...", pensé para mí misma, dándome una especie de facepalm mental. - Soy una especie de activista, de esas que se preocupan por los animales. - continué, queriendo arrancarme la lengua en ese instante. - De hecho soy de las que están en contra de las pruebas en animales, tú sabes...les hacen preguntas difíciles y se ponen muy nerviosos, debe de ser cruel. - me detuve de hablar y negué con la cabeza. - Eso...es una broma, acabo de comer un sándwich de pollo esta mañana. - volví a quedarme callada y entonces no pude evitar reírme. - Disculpa, suelo hablar hasta que alguien me detiene...y estás en todo tu derecho a hacerlo. - aclaré riendo un poco. - En realidad, no busco algo en especial, sólo quería algún libro porque después de todo lo que he dicho creo que te das cuenta que necesito un pasatiempo... - hice una ligera mueca - ¿Tienes alguna recomendación? Estoy abierta a cualquier tipo de tema. - finalicé con una sonrisa. ¿Cómo era que no se me había ocurrido unos segundos atrás? Antes de que darle razones para ser digna de ir directo a un manicomnio.
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